El mundo rural siempre ha sido una fuente inagotable de inspiración para fotógrafos de todo el mundo. Un ejemplo de ello es el trabajo que realizó el británico Martin Parr en varios pueblos textiles de West Yorkshire a mediados de los años 70. Fue uno de los primeros proyectos del fotógrafo, pues en 1975 acababa de salir de la Escuela de Bellas Artes, y su idea era documentar la forma de vida tradicional ya en declive de aquellos lugares. La que más tarde sería su mujer, Susie Mitchell, se unió a él para escribir sobre los lugareños, las comunidades rurales y la iglesia metodista que Parr fotografió durante cinco años. El resultado es un documento excepcional que reúne 75 fotografías en blanco y negro y que quienes se acerquen a La Virreina podrán disfrutar hasta el 27 de julio.