
Lo cortés no quita lo valiente: una frase que describe el desarollo del fotógrafo alemán Stephan Ach. Tras demostrar sus dotes como fotógrafo de moda, aún le quedó tiempo para desarrollar una carrera paralela en la fotografía artística, ese sentido artístico que genera una diferencia entre los creadores que viven de las editoriales y los que apuntan al circuito de exposiciones. Pero si algo tienen en común sus dos facetas es la experimentación, como los juegos técnicos que encontramos en la Galería Miguel Marcos, que incluyen composiciones brillantes, búsquedas cromáticas y ejercicios de enfoque y tratamiento posterior que embellecen tanto como pervierten nuestra realidad y percepciones. Son los mundos paralelos que dan título a su muestra, distorsiones que confunden, que incluso pueden llegar a inquietar y que, ante todo, gustan, y mucho.