En esta Barcelona caótica, hiperactiva y en ocasiones deshumanizada, me maravilla encontrar rincones íntimos y personales como esta boutique atelier de moda . Un espacio mágico, de sombras y transparencias, que nos transporta al fascinante París de los años 20. Aquí, Natalie y su equipo de atelier crean, con un exquisito gusto fuera de lo común, exclusivos vestidos de tul -la mayoría pensados para ocasiones especiales, aunque también los hay de fondo de armario-. Hechos y teñidos a mano en colores naturales, y adornados con encajes antiguos (¡algunos del siglo XIX!), son femeninos, delicados y sensuales, sin estridencias ni pomposidades. Y para las que os queráis casar en breve, vestidos de novia de otra época, románticos, vaporosos, ligeros, sutiles… Sin palabras. Yo, sin duda, le doy el “sí quiero” a Natalie./ Ana Rodríguez
