La Venta

A veces lo más contemporáneo es hacer lo de toda la vida mejor que nadie. Este es el mandamiento que sigue el restaurante La Venta a rajatabla: cocina catalana de ejecución excelente, obsesión por el mejor producto y celo por no apartarse de la tradición. Una postura que hoy en día resulta casi revolucionaria. A pesar de llevar una vida abierto, La Venta es un restaurante con el que sorprender a mucha gente. La fama del menú se lo llevan sus míticos erizos gratinados, pero son los platos de toda la vida los que te llegan más adentro. Deja de lado los platos que llaman más la atención, y pídete el arroz de caracoles. Magistral. O la llonganissa amb mongetes, resultado de rastrear todos los proveedores de butifarra de Lleida, hasta encontrar el ideal. Y otro ejemplo, hay pocos restaurantes donde no sea un sacrilegio pedirte unos macarrones gratinados. Los de La Venta te transportan directo a la mesa de tu abuela cuando eras niño. Cocina sorprendente de toda la vida, servicio vieja escuela y vistas a la ciudad siempre dan buen resultado. Situado al pie del Tibidabo -y considerado uno de los históricos de la ciudad- La Venta sigue reivindicando que lo tradicional, si está hecho con cariño y atención, resulta de lo más moderno.