La narrativa sensible que el fotógrafo Gavin Evans despliega en torno a sus retratados representa a esas comuniones especiales, únicas, en las que protagonistas, herramientas y resultado se funden en un concepto indivisible. De ahí que la exposición que el artista británico presenta en Espronceda Center for Art & Culture conserve, aun teniendo por protagonista a un rostro de indiscutible leyenda como David Bowie, esa cohesión sobre la que pudo imponerse con facilidad el carisma del malogrado músico. Así, la muestra es algo más que unos retratos de un héroe convertido en mito o un eco de su gloria en vida, la exposición es un ejercicio de contrastes entre la inmortalidad de la fotografía y lo pasajero del gesto, una práctica de la que el retratado es consciente e incluso colabora en la consecución de la catarsis. Gavin Evans exhibe habilidad en la medición de energía, entiende de fulgores e, incluso durante unos segundos, logra domarlos en beneficio del imaginario colectivo.
