“Hay que replantearse la revolución. Más que cambiar el mundo, como decía Marx, hay que cambiar la vida, como decía Rimbaud. Hay que ir hacia una micropolítica de situación. Esto lo sabían perfectamente Guy Debord y los situacionistas. Hay que cambiar la manera de percibir el mundo”.
Leopoldo María Panero
Me detengo en la etimología de cine –kiné-: movimiento; y caigo en que esta pieza bien podría ser una road movie sobre la ruta que un joven, nacido a finales de los 70, todavía no ha llegado a realizar. Un joven que fue uno de 300.000 niños que fueron robados en paritorios y hospitales a mujeres jóvenes de clase obrera en la España franquista. En su plan, se adentra en una travesía en busca de la identidad de sus padres se topa con un país en plena Movida y , en paralelo, con la actual, también con un contexto de crisis en el que la sociedad clama por un vuelco político real, en el que unas nuevas generaciones (o no tan nuevas) no cesamos de reestructurar nuestro día a día y adaptarnos como anfibios al medio para evadirnos del fracaso.
En la pieza, en la que podremos ver elementos más cercanos a lo cinematográfico que al teatro clásico, mostrarán en escena piel y rasguño Itsaso Arana, Fernanda Orazi y Pablo Und Destruktion. Trae a Barcelona esta exitosa pieza (que ya fuera estrenada en la última edición del Festival de Otoño en Madrid) La Tristura, una compañía que lleva más de una década ofreciendo un teatro de vanguardia nada exento de desafío y crítica las brechas sociales inherentes a nuestros días. Todo un acierto en la programación del Grec 2017.
