Al fin llega la exposición principal de este año en el Museo Picasso. Se trata de una amplia mirada a las vanguardias artísticas durante la I Guerra Mundial, conflicto que impactó de manera crucial en el desarrollo del cubismo. Los artistas impregnaron sus obras de estabilidad e integridad frente al caos y la barbarie de la que fue, hasta el momento, la guerra más mortífera de la historia.
Cubismo y guerra. El cristal en la llama tiene como eje a Pablo Picasso, Juan Gris y Diego Rivera, tres artistas extranjeros en París que por ese mismo motivo no participaron en la contienda bélica. Es este perfil de artista, el que sólo puede contemplar, el protagonista de la exposición, pero también hay un hueco para los que participaron y sobrevivieron a las trincheras, como Georges Braque o Fernand Léger. Es La escalera (Segundo estado), de este último, la obra que has visto más arriba.
Estamos ante una exposición de gran relevancia: es la primera vez que en Barcelona puede contemplarse el cubismo en relación a la I Guerra Mundial. Se han reunido más de 60 obras del periodo llegadas de museos de Amsterdam, Basilea, Londres, París o Nueva York. Son, por tanto, una visión y una oportunidad únicas para acercarnos a este periodo tan tumultuoso del que apenas nos separa un siglo.
