Roger Denís (Lluis Soler), el insigne alcalde de una mansa villa catalana tiene una vida apacible. Su carrera va en progreso, se siente querido por su familia, los días suceden, sin aspavientos. De pronto recibe la visita de su hija quinceañera (Georgina Latre), que regresa de su viaje de estudios. La niña ha recibido una educación moderna, basada en valores éticos y en el respeto a los demás. En principio todo debería salir bien. Es un asunto matemático. Hasta ahora todo el mundo ha aplaudido su labor como padre, como marido, como alcalde. Y cuando piensas que reinará la calma como reina la magia en el cambio de las estaciones; y cuando crees que sólo el ascenso es la única opción plausible, te conectas a internet, y ves a la niña en un vídeo porno; y crees que la vida se inventó únicamente para desmoronarse, que las leyes de la matemática no pueden aplicarse a las estructuras familiares, pues toda familia contiene secretos que florecen en sus cimientos como si de malas hierbas se trataran. A esta tragicomedia se suman las figuras del novio de la niña (Jaume Madaula) -que para nada es santo de la devoción de Denís- y su despreocupada madre (Teresa Vallicrosa), cuya presencia romperá más de un esquema del espectador.
El autor y culpable del éxito de esta comedia negra es David Plana, que cuenta con un extenso reconocimiento en en la escena de la platea y el mundo audiovisual. Si no pudiste ver una de las obras más valoradas de la última edición del Grec, no te la pierdas: será representada hasta el 14 de octubre, en el Teatre Borrás.
