Trasladar el mensaje de Jean-Paul Sartre a nuestros tiempos, a priori, parece una tarea factible. No por ello sencilla, naturalmente. Factible por la proximidad ideológica del francés con los dramas existenciales de nuestro presente, aunque desde el estreno de No Exit, la representación que Teatre Akadèmia alberga estos días, y Huis Clos, la obra original, exista una distancia histórica de 60 años. La adaptación corre a cargo de la Cia. La Salamandra, dirigida por Lorenada Volpe, y ahonda en las relaciones que establecen los infiernos personales con el colectivo y como este condena de nuevo a la víctima con crueldad inusitada. ¿Somos responsables de nuestros actos o la sociedad nos ha hecho así? ¿Actuar contra las llamas o dejarse devorar por ellas? Preguntas que definen alguno de los derroteros que conducen al Cielo o al Infierno, aparte de marcar las tasas a pagar por la expiación de nuestros “pecados” contemporáneos.
