Según sus propias palabras, Hiroshi Sugimoto lo ve todo como si fuera una cámara obscura; así como algunos no dejan de percibir música en cualquier ruido y, otros, la lucha de clases o de cuerpos en la más mínima acción humana. Pues cada actitud ante la vida genera distintas consecuencias. En el caso de Sugimoto, que es fotógrafo, ello produce imágenes que deben ser captadas con el mayor tiempo de exposición posible y con cámaras de gran formato. Y no podría ser de otra manera, porque si eres una “cámara obscura”, no hay espacio para el idioma 10011010… Tienes que ser grande y lento para captar una realidad acorde a esas características. Por esta razón, su fotografía es monumental, aunque no solo por el tamaño sino porque aspira a abrazar el espacio con sus mismas medidas temporales y espaciales. Dioramas, Theaters (Cines) Seascapes, Portraits (Retratos), (Paisajes marinos) y Lightning Fields (Campos de relámpagos) son las cinco secciones en que está dividida esta imprescindible exposición.
