El último disco de The Jayhawks no es desde luego su mejor álbum, pero esto no tiene nada de extraño cuando en su discografía figuran clásicos como el muy explícitamente melancólico «Save It for a Rainy Day» o aquel «Smile» con hits generacionales como «I’m Gonna Make You Love Me». De hecho, voy más allá. Después de ocho años sin nuevo disco, hay que ser un fan casi religioso de la banda para coger este último «Mockingbird Time» con la absoluta confianza en encontrarnos con una reedición de su éxito compositivo. Pero ¿qué es lo que pasa con The Jayhawks? Pasa que con las artes que nos enseñaron hace más de 10 años, un concierto de la banda puede ser la experiencia más grata de la semana. Y no lo digo porque sí. Sin contar sus aventuras juntos y pegados, Olson y Louris recuperaron el nombre de Jayhawks en un Primavera Sound de hace unos años y a pesar de tocar en el escenario grande y con la tarea de calentar el ambiente a plena tarde, el borroso recuerdo lo deja como uno de los ratos de aquella edición. Y todo el mundo sabe que en una sala, si las circunstancias no fallan, todo tiene que ir mejor…
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