Podría escribir una nota de prensa del estilo:
RENT es un musical de Jonathan Larson que se hizo tremendamente popular por estrenarse en Broadway justo dos días después del fallecimiento del compositor, que no pudo ver estrenada su obra inspirada en “La Bohème” de Puccini y que ganaría cuatro premios Tony siendo el trampolín para varios de sus intérpretes, permaneciendo ininterrumpidamente durante doce años en cartel en Broadway. Celebrando el vigésimo aniversario de su estreno, se ha preparado una adaptación del mismo al catalán, que en principio podrá verse del 26 de enero al 20 de marzo de 2016, en el Casino L’Aliança de Poblenou en Barcelona, dirigido por Daniel Anglés, y un excelente reparto de actores.
Pero tengo algo más que decir:
El 4 de noviembre de 1999 en el Teatre Principal de Barcelona, -mi yo de entonces tenía casi 18 años y no quería aceptar algunas cosas, aunque las intuía-, en los albores de glorias y tragedias juveniles, este musical postmoderno-punk me abrió los ojos a una casta de seres ‘extraños’ condenados a los márgenes por estar dotados de cierta naturaleza rara y artística. Mentiría si dijese que soy apasionada de los musicales, que me hacen vibrar las voces bien moduladas de los actores del género y las melodías que le son características, pero como todo en esta vida, hay honrosas excepciones.
Existen tres musicales ‘underground’ que considero un tridente perfecto: Rocky Horror Picture Show, Hedwig and the angry inch y este último que hoy recomendamos. Todos tienen en común el tema de los ‘degenerados’, seres no limitados por cuestiones de sexo, género, época, religión o clase social. Homosexualidad, bisexualidad, prostitución, travestismo, música, artes plásticas y escénicas, escasez de recursos, de infraestructuras, de salud, de esperanza. NO FUTURE que decían los Punks. Puedes encontrar especímenes raros en cualquier parte, y todos ellos sufrirán con más o menos fortuna la carga de sentirse afuera de un mundo cuadriculado. Sobre todo ello escribieron y compusieron Puccini y J. Larsson. Uno contaba sobre oscuros barrios decadentes y sobre tuberculosis, otro sobre Nueva York, su círculo bohemio, la especulación del suelo, la soledad de las grandes ciudades, la diversidad sexual y el Sida .
La miseria como una maldición, y la creatividad como única forma de redención y lucha.
Lo mismo que me hizo vibrar y entender, hace muchos años, que no hay mejor arma que el arte -aderezado con unas gotas de orgullo- para redimir al ‘distinto’.
Musical-mítico, noventero y contracultural, con excelente libreto y mensaje rompedor: ‘Lo contrario a la guerra no es la paz, es la creación’.
Not day but today, amigos.
