Será porque una es de provincias y no ha vivido Sónar desde su creación. Para una, esta una, la música electrónica, la experimental es a nuestros días lo que el barroco a la clásica en el siglo XVII o XVIII, arte sonoro, banda sonora de diario. Investigación, búsqueda, innovación, creación performativa, random, programada, estudiada o simple e incandescente improvisación. Será porque Sónar reúne todo esto en cada uno de sus escenarios, showcases o zonas del congreso Sónar +D que a una le gusta tanto. Y ya que hablamos de clasicismo y contemporaneidad aprovechamos para citar al jovencísimo David August, presente en sus filas, que igual le da a la electrónica que edita el sello de Ninja Tune Counter Records en su nuevo EP, “J.B.Y. / Ouvert”, que te compone clásica con arreglos de cuerda. Adaptaciones. Pero centrémonos: de entre el abanico de artistas con el que rompe y abre el festival podríamos citar a algunos como Nicola Cruz con su folklore orgulloso y desde los Andes ecuatorianos, a The Black Madonna -feminismo, activismo y underground desde Chicago condensados en electrónica de autor-, Dawn of Midi -potencia minimalista-, Sevdaliza rompepistas -con posos de soul, bajos potentes y sinuosidad electrónica de antigua vocalista de rap-. Gazelle Twin, FIELD by Martin Messier o el imperdible John Luther Adams + Barcelona Symphony Orchestra en L’Auditori. Podríamos tardar horas en relacionar conceptos con las creaciones sonoras que tejen todos los artistas de este jueves, primer día de una semana que recibirá a su término el adjetivo de épica. Pero para eso ya miramos el cartel. Nos centramos en bailar y sentir los bafles cruzando el pecho.
