Cuando el danés de origen tejano Joshua Oppenheimer empezó a entrevistar a los responsables de las matanzas que en 1965 acabaron con más de medio millón de indonesios tras el golpe militar de Suharto, no podía creerse la naturalidad, e incluso alegría, con la que éstos hablaban de sus crímenes. Anwar Congo, quien en su momento pasó de ser un mafioso de poca monta a liderar el mayor escuadrón de la muerte de Sumatra, es el protagonista de un documental que desde su estreno en 2012 no ha dejado a nadie indiferente, tanto por lo encarnizado del conflicto (cuya verdad aún permanece bastante oculta, incluso en el propio país) como por la actitud de los entrevistados, quienes no dudan en recrear las masacres, y cuyo orgullo ante los asesinatos, ya en frío, pone los pelos de punta e invita a la reflexión sobre la verdadera naturaleza humana. Suena duro, pero como escribió el crítico Peter Debruge en Variety: «es una película que ruega que la veamos, para luego no volver a verlo nunca más».
