Tercer domingo de Adviento. Sentada aquí, en esta orilla, te reconoces en la distancia que hay entre el escándalo del mar y la llanura que te vio crecer. Recuerdas a tus amigos de la infancia, las primeras caídas, las primeras diversiones. Caes en que este año está llegando a su fin y haces recuento de los momentos que han marcado tus últimas etapas en el camino. Posas tu mirada en el cielo azabache y su agrupaciones de estrellas. La escarcha comienza a moverse bajo tus pies.
Comprendes que en esta ciudad portuaria existen pájaros que habitan balcones a pesar del frío, que abundan luceros en cualquier otra parte. Desde no muy lejos, advienen sonidos que resultan familiares. Autómata, emprendes una ruta hacia un tumulto de gente. Así, cada vez más cerca, avistas una gran llanura. Ahora el escándalo parece ser otro. De repente una esfera de calidez: rostros amistosos, manos diversas y entrelazadas. De repente el folk exquisito de los Ljubliana & the Seawolf. De repente los beats y el ruido de Josephine Dj, Disaster & Mikele y Cuki d’Light DJ. De repente VJ AYL y su universo de colores. De repente, el último Ven Tú del 2016.
