Empezando por su título, la muestra que Jorge Gil defiende actualmente en Mutuo ahonda en las profundidades reflexivas que caracterizan a cualquier exploración del individuo. Ese ‘yo’ que adopta distintas formas dependiendo del contexto y sus habitantes y que, en el caso de Yo es otro y los otros soy yo explora la autenticidad, y tras cuestionarla, culmina en una representación escultórica. Jorge lleva a cabo esta transición a través de cuatro proyectos (Family Portraits, Golems, Rabbits y Heterónimos) hermanados técnicamente pero individuales en su conceptualización. En todos los casos, sus ideas apuntan a la condición humana, una de sus prioridades, así como la identidad, las vulnerabilidades y las agresiones que ambas sufren cuando las sometemos a juicio. Los receptáculos de este discurso adoptan formas más propias del diálogo de un juguetero, como la presencia en sus obras de marionetas, maniquíes y autómatas, pero qué sería del arte sin la teatralización, sin la ficción y, especialmente, sin el juego.
