Esta ciudad es excepcional.
La construyeron vertical
y no se apoya en la tierra.
Creció como la hiedra en un muro.
Los que en ella vivimos caminamos
arriba y y abajo
con la facilidad de unos cienpiés.
En ángulos rectos
con la llanura y con el mar
vivimos en las paredes de un hueco de ascensor.
Un río corre entre nuestras calles
como el agua chorrea por la corteza de un árbol.
(John Berger. Traducción Eugenio Viejo)
Se nota el cansancio en el ambiente. Lo notamos en las manos y pestañas. Por eso salimos a refugiarnos en la ciudad, supervivientes de una realidad manipulada. Salimos a flotar, a abandonar la mente y zambullirnos en la cultura. Menos mal que siempre nos quedará la cultura. Salir de una peli y entrar a otra, pasar la tarde de librerías, ir a conciertos o disfrutar saboreando platos y vinos. Menos mal que siempre nos quedarán esos, nuestros rincones favoritos de la ciudad. Y nuestras personas favoritas.
Más diálogo, más paz, dice Laura y todo el equipo de Le Cool Barcelona.
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//fotografía de Cristina Martínez
