Tanto himno ¿para qué? ¿Para quién tanto ofrecimiento? No
importaba el destino sino obrar. La nieve imaginada
por tantas manos frías.
(Marta Agudo. Historial)
Y la ciudad se para. Hay comercios y carreteras congeladas por manos y pies y algunos símbolos. Pero la ciudad respira por encima de nosotros. Por encima de nuestras voces un silencio se alza. La ciudad camina por sí misma, continua el afable ritmo de otras vidas, pequeños pálpitos en los bares, en los árboles, minúsculas hogueras cotidianas. Más allá de la imaginación, del colectivo, de los conceptos: una bandada de pájaros escala las nubes y sabemos que la vida sigue. Llega el aire frío y nos apretamos las manos, deambulamos rápido por la ciudad arrebolada, con esa luz que se deshace al tocarla y riega las fotografías.
¿Nos parece una ilusión óptica la belleza común?, pregunta Laura y todo el equipo de Le Cool Barcelona.
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//fotografía de Miguel Sánchez
