Auto Rosellón: reapertura

Hace un año os recomendábamos el Restaurante Auto Rosellón. Nos volvimos asiduos a esta casa de comidas situada en pleno corazón del Eixample donde los adeptos de la cocina sana y creativa, sin duda, encontramos nuestro sitio.  Os explicaba que anteriormente el local contaba con una larga historia. Donde cincuenta años atrás se reparaban coches, hoy se hace una buena puesta a punto de estómagos estropeados. ¿Cómo lo hacen?  Gracias a una oferta gastronómica cosmopolita, con productos de calidad y km0 con la cual se palpa la sensibilidad culinaria de su Chef Ronit Stern.

Para nuestra alegría, la semana pasada Auto Rosellón reabría su terraza (de lunes a sábado) como primer paso de la desescalada. La oferta culinaria es la habitual: desayuno, brunch, merienda, comida y cena. A partir del 8 de junio por fin abrieron las puertas del local interior. Ya sabéis, con reserva previa ya que el aforo es de un máximo de un 40% y cumpliendo estrictamente con todas las medidas de higiene y seguridad.

Para quienes prefieran seguir comiendo en casa o mientras esperen a tener hueco en su terraza o en el interior del local y debido a la buena acogida de sus clientes, el restaurante continúa con sus entregas a domicilio y take-away. Se puede encargar desde el pack brunch, a platos de la carta, o un menú del día que varía según el mercado. Recetas envasadas al vacío para consumir al momento o guardar en la nevera-congelador. Con este mismo formato, disponen de su repostería artesana de la casa, sus panes de masa madre y productos de la despensa elaborados por la chef o seleccionados entre sus marcas favoritas (por ejemplo: tahini, mermeladas, levadura, harina, vinagreta…), además de su habitual selección de vinos ecológicos naturales.

Si tuviese que aconsejaros alguna receta que he vuelto a degustar os recomendaría el babaganush para mojar, molasa de Granada, burrata con higos, col de dama y nueces tostadas, sashimi de lubina, tartar de higos, tosta de taco de pulled pork, feta, pico de gallo y jalapeños. De postre, pannacotta casera. Pero apodéis ver la oferta aquí, tanto para ir pensando en que pedir en el local como para recibir en casa.

Y así amigos, sin darnos cuenta, este restaurante como quisiésemos que lo hiciesen todos nuestros lugares emblemáticos va acumulando historias que contar. Ya es mucho más que un local emblemático con un escenario rescatado de aquel taller de coches donde hoy se come estupendamente bien. También es y será uno de los locales que reabrieron sus puertas tras esta locura pandémica. Sin darnos cuenta, volver a sentarnos en sus sillas no sólo es comer sano, a gusto y con la tranquilidad de recibir calidad desde todos los ámbitos. También, es formar parte de una bonita historia que continua… allá fuera.