Bajofondo

Cuando camino por la Rambla del Raval me sorprende el poder de la luz del sol que increpa a las ramas de los árboles y el carácter variopinto y animado de las gentes que la transitan. Y es que, si tuviera que definir al Raval con un rasgo destacaría, sin duda alguna, su actividad. El Raval nunca duerme. Si te adentras en su viveza y ajetreo diurno no resulta complicado que caigas en la noche: serpenteante y descarada. Cuando pienso en la nutrida hilera de tascas y bistrós que coexisten en la zona, dejando patente el carácter multicultural del barrio y la variedad de bolsillos que pueden tener acceso a los mismos, recuerdo que lo moderno no tiene por qué estar reñido con el buen paladar y la calidez en el trato del personal que regenta un espacio, máxime si te encuentras en un barrio de acogida como es el Raval.

Este es el caso de Bajofondo, un must para los amantes de la música, el buen vino y la cocina internacional basada en productos de proximidad. Inaugurado el verano pasado, Bajofondo es un local perfecto para observar el ambiente de la Rambla del Raval mientras degustas una copa de su suculenta carta de vinos y platillos, elaborados desde los inicios del proyecto para ser degustados con las manos. De modo que escogimos el turno de la cena para adentrarnos en el universo de las partes baja y subterránea del Hotel Niu. Comenzamos la experiencia en BAJO, un espacio elegante, luminoso y desenfadado, que cuenta con una cristalera de la que puedes visualizar la vida del barrio.

Abrimos boca con unas patatas bravas riquísimas (no resulta sencillo encontrar unas bravas tan sabrosas en la ciudad) y un ceviche de vieira ‘on top’ con mango, ají y chile, un opción ideal y deliciosa para refrescar el paladar. Como nos gustan muchos los productos del mar, no dejamos de probar su variedad de ostras y el pescaíto frito: un guiño cañí, al igual que lo es la oreja de cerdo del Bierzo presente en las ‘gyozas’ o el conejo, elemento sorprendente y delicioso escogido por el chef Javier Ahedo para elaborar un tartar (aderezado con mostaza antigua, pepinillo y huevo de codorniz) que no os dejará indiferentes. También fue una grata sorpresa toparnos con un manto de pistacho y peta-zetas sobre las costillitas de cordero; así como los rollitos de confit de pato con pak Choi, otro plato estrella de la carta de Bajofondo. Maridamos nuestra experiencia con unas copas de Petit Pittacum un crianza del Bierzo, tierra de origen de una de Berta Fernández, una de las culpables de proyectos como este, La Monroe o el ya mítico Las Fernández. Tras probar los postres nuestra historia no acabó ahí. La velada continuó en FONDO -el club  de electrónica y música en vivo situado en nivel -1 del edificio-. Que no os confunda la necesidad de descenso de aquellas escaleras para acceder a la sala: el ambientazo que había en la fiesta; tanto los beats que pinchaban la francesa Morgan Hammer y DJ Lui como los cócteles pecaminosos que nos sirvieron nos elevaron a las alturas.

3-19143041_342419312842502_6382315664658789227_o 1-20413865_377205666030533_5326821948798375602_o

Ads Blocker Image Powered by Code Help Pro

Ads Blocker detectado!!!!

Hemos detectado que estás utilizando extensiones para bloquear anuncios. Apóyanos desactivando este bloqueador de anuncios.