Barietés

Barcelona no tendría la misma identidad si a finales del s.XIX no hubiese germinado en la Avenida Paralelo el núcleo cultural del espectáculo. Alrededor de la zona surgían bares, restaurantes y tabernas que se colmaban de personajes extravagantes, actores y espectadores.

Actualmente, el espectáculo se extiende a cualquier punto de la ciudad, pero el Paralelo sigue siendo Puro Teatro, como hubiese cantado la cubana Lupe. Cierto es que ella se refería a la parte fingida del ser humano y no a lugares auténticos que resurgen hoy, aquí. Barietés es un ejemplo de la transformación gastronómica del barrio. Y aunque la puesta en escena sea teatral, aquí, no hay nada fingido. ¡Bienvenidos!

El lugar simula el backstage de un teatro. Accedemos atravesando una puerta de escenario. A lo largo de todo el local, una barra para bebidas y servicio de platos. Por último, el backstage donde todo sucede: la cocina, donde el gran guionista, el Chef  Bruno Zubek, crea su obra.

¡Tomen asiento! Empieza el espectáculo. El nombre nace de un juego de palabras entre Bar (restaurante) y la palabra francesa Varietés (un tipo de show ligero). Guillaume y Iolanda, dos de los gerentes, nos lo explican mientras, contagiándonos de su entusiasmo, nos acompañan a la mesa,

Primer acto. Como si de un juego de magia se tratase, se nos presenta una carta cuyo actor principal es el huevo. Tiene todo el protagonismo. Ellos mismos se refieren al lugar como tortillería. Pero créanme, hay mucho más. Para ir abriendo boca, puedes encontrar las mejores variedades en tapas a las que ya solemos estar acostumbrados.

Pasen, vean y prueben… La calidad de sus productos son los figurantes. Somos conscientes de su existencia en cada bocado. Probamos las Patatas Barietés. Un espectáculo de sabores gracias a su corte y la salsa (el factor sorpresa), de mayonesa de lima y cúrcuma, que acompaña.

En esta introducción, el huevo todavía no aparece en acción. Hay que mantener alerta al espectador.  En breve entendemos porque Barietés brinda la experiencia de probar el huevo en su máxima diversidad.

El Chef, grandilocuente, vuelve a salir a escena. Nos brinda la oportunidad de conocer la procedencia de su estrella. Una masterclass de cómo diferenciar la calidad del huevo. Cómo no, ecológico y de cáscara delicada.

Seguimos con la actuación ya con el huevo bien presente en su carta. Los amables camareros nos sorprenden con una atrevida Quiche desnuda (sin masa). Con hojas jóvenes, de calabaza, gorgonzola y nueces. Sabe a quiche. ¡Bravo!  De la chistera sacaron los Scotch Eggs. Plato típico de Escocia y especialidad de la casa. En el siguiente acto, surgieron Las Vedettes. Clásicas y Omelettes. Nos decantamos por la Tortilla (gran esperada) de bacalao y ajos confitados. No podía faltar el actor invitado: De su variedad internacional, la Shakshuka del Oriente Medio. Realmente excelente.

Cuando pensábamos que ya acababa la función apareció la Omelette de manzana flambeada con calvados y helado de canela. Merecedora del nombre que le otorgan a este final: bises y aplausos. ¡Para este postre y para todo el local!