Benzina

Hace poco leí que los últimos recuerdos que permanecen, hasta el fin de nuestros días, son nuestras canciones favoritas. La asociación de una vivencia a nuestros sentidos no es nada nuevo. Ya lo dejó plasmado Marcel Proust. Pero ahora también sabemos que el sonido de nuestra música preferida es la que prevalece con más fuerza.

Por eso, Benzina es un lugar difícil de olvidar. Todo tiene un porqué en este restaurante situado en Sant Antoni y con una propuesta inspirada en los fogones italo neoyorkinos. Una cocina italiana moderna e innovadora, con productos de temporada, en un entorno pensado deliberadamente.

Empiezo recomendándolo por su música y coctelería. Inspirados en temas rock and roll elegidos por el dueño del local, el restaurador Badr Bennis, nacido en U.K. Surgidos de una extensa colección de vinilos de los años 60 y 70 que también animan las cenas. No podía faltar uno de sus cócteles más aclamados por los habituales del Benzina. Del tema que popularizó Eric Clapton, elaboran un cóctel con ginebra, limoncello y campari macerado con frambuesa. Pregunten por él. Cocaine. Sólo la presentación vale la pena. Es más, os invito a que busquéis Benzina Rock, en Spotify, para haceros una idea de la selección.

Al oído le sigue la vista. Un espacio diáfano, espacioso y de luz tenue, que invita a una buena conversación mientras uno se imagina que está en el mismísimo Nueva York. De ambiente ecléctico e industrial, homenajeando al antiguo taller que ocupaba tiempo atrás. Aquí también vemos el sello personal del propietario que se inspiró de sus propias vivencias, tras haber vivido en dicha ciudad.

Seguimos con la experiencia. Gusto, olfato, y tacto (textura) son muy tenidos en cuenta. Motivo principal por el cual no nos podemos perder este restaurante. Su atrevida carta que alía gastronomía italiana con vinos de la península e italianos. Una cocina desenfada y sin pretensiones orquestada por el Chef Nicola Valle, nativo de Brescia Su pasión es notable en cada plato. Su inspiración por la cocina tradicional italiana y su talento fue el que le llevó a trabajar en Pétrus, de Gordon Ramsay, en Londres y Giancarlo Perbellini, en Verona. Su evolución le condujo a Nueva York donde durante 5 años siguió adquiriendo los conocimientos que hoy tenemos la suerte de disfrutar en el Benzina.

Muy buena elección de Antipasti. Nos encantó su Pulpo al cartoccio, tomates, olivas, alcaparras, patatas, mayonesa de perejil. Del apartado Pasta, Gnocchi & Risotto no hay que perderse su Linguine aglio, olio, pepperoncino, bogavante, aguacate, aceite de cardamomo. De carnes y pescados, optamos por un riquísimo Carré de cordero en costra de pistacho, ensalada de hierbas, caponata siciliana. Sin duda también tenéis que degustar su tarta Tatin.

Difícil saber con qué sentido asociar al Benzina. ¿Qué tal si nos quedamos con la experiencia multisensorial que nos aporta en su totalidad? Y con el recibimiento y profesionalidad de todo el equipo. Sea como sea, un lugar para volver y recordar.