Can Ginés ha sobrevivido al paso del tiempo con su infalible combinación de pescado y marisco fresquísimo a precios más que populares. Una cápsula del tiempo pre-Olímpica en pleno Guinardó protegida durante décadas por una clientela fiel que obliga a reservar si quieres encontrar mesa al mediodía (no abre por la noche). Cualquier día de la semana es fácil encontrar familias enteras pelando gamba entre botellas de cava, mientras llegan cajas de porexpan llenas de pescado fresco desde su propia pescadería Ginés, literalmente al otro lado de la acera. La carta parece que mantenga los precios en pesetas, y siempre deja un buen espacio para los especiales del día. ¿Antojo de kokotxas de merluza, percebes, rodaballo salvaje, boquerones fritos? Ningún problema, Ginés te lo tiene cubierto. Aunque la mayoría de gente se pone de acuerdo con los calamares a la romana caseros o la parrillada de pescado y marisco (11,90€). Completamos el combo con una impresionante caldereta de bogavante (también por 11,90€) y unos mejillones al vapor. Dejamos los arroces para la siguiente visita, que será pronto. Con un servicio familiar y un comedor más bien sencillo, el Ginés es uno de esos supervivientes de otra época que te conquistan el corazón al instante. Palabra.
