Chengdu

El restaurante Chengdu va a poner a prueba tu tolerancia al picante con su cocina tradicional de la provincia de Sichuan. Con platos ferozmente picantes, fieles a la cocina regional, el Chengdu cumple con la mayoría de requisitos de un restaurante chino excepcional: no hay menú del día, el comedor está lleno de chinos y el camarero te va a intentar disuadir de los platos más tradicionales de la carta. Tampoco te avisa del tamaño de las porciones, así que pide con moderación o preséntate con mucha hambre. Nuestro bol de ternera al estilo Sichuan con verduras habría alimentado a cuatro personas (éramos dos), nos dejó sudando y satisfechos. Seguimos con la deliciosa panceta con mei cai, los fideos con marisco llegaron cubiertos con un cangrejo gigante entero y cerramos con uno de mis platos favoritos: el pollo picante Sichuan. Mitad guindillas, mitad pepitas de pollo crujiente, es un plato que genera adicción al instante. El Chengdu tiene este doble efecto: te deja noqueado en la mesa, sudoroso y un poco agitado por la cantidad de picante que has ingerido, pero al poco tiempo no podrás controlar las ganas de repetir la experiencia.

Dicen que el picante estimula las endorfinas y genera un placer adictivo. Comer en el Chengdu puede que te lleve hacia un camino de adicción del que difícilmente te recuperes.