Chez Cocó

La oferta gastronómica de Barcelona no para de crecer. Es por eso que resulta cada vez más difícil que un restaurante te convenza, tal y como lo ha hecho conmigo Chez Cocó. Situado en plena Diagonal, lo primero que me atrapó fue su decoración. Elementos de cobre como sus grandes ollas colocadas elegantemente que evocan un estilo provenzal, rústico pero muy pulcro. A medida que nos adentramos, vemos además de otros componentes de la cocina tradicional del sur de Francia, un estilo de decoración que alude a aquellas antiguas casas campestres, como sus mosaicos artesanales, de estilo toscano que destacan por su calidez. Todo con un toque muy actual y renovado. La paz que te transmite la terraza, con sus colores cálidos e inspirados en la naturaleza… no solo te atrae sino que dispara tu imaginación. Un lugar perfecto para desconectar a solas o tomar una copa en pareja, dejándose guiar por la sommelière de la casa; o bien pasar largas horas entre amigas a la luz de las farolas disfrutando de una buena cena. Indagando, descubrí que el artífice de esa decoración atemporal era el «arqueólogo urbano» Lázaro Rosa-Violán… cómo no. Pero no todo es la decoración y, en este caso, lo que realmente puede hacernos repetir es la oferta culinaria. Se trata de una rôtisserie, muy al estilo francés, centrada en el mundo de las aves e inspirada en las braserías francesas. Y detrás de este proyecto nos encontramos a los propietarios de Casa Paloma, por lo que la profesionalidad está asegurada. Ofrecen una gran variedad de opciones que incluyen desde pollo tomatero con hierbas o al estilo tandori hasta platos frescos y actuales como su ensalada Ro-cocó, la sopa de pepino y yogurt, o un atún provenzal. La guinda del pastel, precisamente, la ponen sus pasteles, que si bien te encandilan por la vista, espera a probarlos. En fin, un lugar de ensueño que te invita a entrar, a quedarte, y a volver una y otra vez, o pedir para llevar, porque también incluyen la opción de take away.