Chicken Shop & Dirty Burger

El nuevo y über-moderno Chicken Shop / Dirty Burger huele a madera y humo. Un olor acogedor a brasas con la que hacen sus pollos cojonudos. Un local alargado, bien decorado y tenuemente iluminado del que sorprende agradablemente que tengan buena música a un volumen moderadamente alto. Otra cosa que sorprende enseguida es el menú, tan simple como seguramente inmejorable. Pollo y hamburguesas caseras perfectamente preparadas. El pollo está macerado en hierbas, hecho a la brasa, y puedes pedir cuarto, mitad o entero. Hamburguesas hay tres: Cheeseburger, Dirty Bacon y Dirty Veggie (con una seta Portobello entera en el centro), que casan perfectas con la carta de cócteles, cervezas artesanas y milkshakes. Una delicia. Para redondear la comida, pídete los acompañamientos, muy inspirados en la cocina inglesa. Hay mazorca de maíz a la brasa (tremenda, viene con una salsa de mantequilla ideal para el pollo también), patatas caseras, ensalada de col y cebolla en tempura. Cúbrelo todo de salsa picante y salsa ahumada de la casa, porque un día es un día, y en el Chicken Shop / Dirty Burger apetece enmarranarse las manos con buena comida. Ni se te ocurra levantarte de la mesa sin un postre de apple pie casero o el brownie con helado de vainilla y un café de su Marzocco. Disfrutarás comiendo, palabra.