Para algunos encontrar patos laqueados colgando de la ventana de un restaurante sería una señal de alarma. Para otros, es la antesala de un delicioso descubrimiento. El restaurante Dim Sum Cantonesas sorprende positivamente por su dim sum y sus carnes asadas cantonesas auténticas (y los patos laqueados). Siguen el concepto de Yum Cha, la versión china de ir de tapas con amigos, pero con dim sum en lugar de bravas y cañas. Solo hace falta un poco de valor para entrar y disfrutar de una carta súper extensa de dim sum al vapor, preparado en un carrito de acero inoxidable en medio de la sala. No es glamuroso, pero eso no le parece importar a los chinos que abarrotan el comedor sorbiendo noodles y engullendo dim sums. La otra especialidad de la casa son las carnes asadas cantonesas, expuestas en unos ganchos en la entrada. La panceta y el pato están espectaculares, y puedes hacer tu propio combo de hasta tres tipos de carne y arroz con jugo de pato a un precio de derribo. El restaurante es tan auténtico que parece sacado de un callejón de Nueva York, y aunque no sea aconsejable para una primera cita, ya estoy buscando una excusa para volver a disfrutar de su cocina cantonesa. Adictivo.
