Direkte Boqueria

Hay una reducida selección de restaurantes que no se deberían valorar en bueno-malo, sino en la capacidad que tienen de generar felicidad, y en esto último Direkte Boqueria se sale de las gráficas. Direkte es una micro barra de apenas 8 asientos en la que Arnau Muñío y Shu Zhang prometen dejarte el culo pegado en la silla durante la hora y tres cuartos de su menú degustación. Alta cocina en un ambiente de izakaya desenfadado, en el que el protagonismo absoluto se lo llevan los pequeños platos que salen a cuatro manos de detrás de la barra. La experiencia empieza fuerte con un miso de trompetas de los muertos encurtidas, un canelón de morro y oreja estilo vietnamita con langostino de Sant Carles de la Ràpita, y una maravillosa ostra a la brasa envuelta en papada ibérica. Ultra respetuoso con el producto de cada estación, Arnau ha decidido reemplazar el exitoso e instagramado pulpo envejecido en dashi y encurtidos, por una sardina con kimchi de pera. La comida llega al clímax con el Kakigori de foie, el bacalao al pil pil, la carrillera de ternera estilo Pekín y la presa ibérica con ciruelas. Platos que aguantan perfectamente la embestida de ruido mediático que está generando el que probablemente sea el restaurante del que más se habla en círculos gastronómicos actualmente.

Encajado en los porches de la Boqueria (localización que no sé si le juega a favor o en contra), el Direkte Boqueria asegura una de las experiencias culinarias más inmensas que hoy por hoy nos ofrece la ciudad. Id sin miedo a esta barra contemporánea antes que sea imposible conseguir sitio, saldréis enteramente recompensados.