Elephant, Crocodile, Monkey

En Barna el sábado pasado disfrutamos de un sol radiante que nos animó a pasear por el Born, visitar sus pequeños comercios y galerías de arte, perdernos en sus calles y admirar esos vestigios de tradición marinera, ya que el barrio continúa siendo una puerta al mar. Saliendo ya del barrio y caminando por Gran Vía de les Corts, me topé con Elephant, Crocodile, Monkey, situado en la planta baja del hotel Casa Bonay. El local, adornado con frondosas plantas, desprendía unos aires exóticos, como venideros de lugares diferentes o, incluso, de otro tiempo. Allí conocí a Lucio y a Laura, que me ofrecieron una exquisita de selección de la carta con cariño e ilusión. Los chicos me comentaron que ya no había marcha atrás: acababa de embarcarme en un viaje de la mano del chef argentino Estanis Carenzo, que había pensado en una carta con las mejores especialidades gastronómicas del sudeste asiático, elaboradas con los mejores ingredientes del Mediterráneo.

Platos como el New Ran (rollitos vietnamitas rellenos de cerdo, gambas y setas); los platos chinos Shuiyiao (dumplings hervidos de cerdo y col, servidos con aceite de chiles) y el delicioso pescado cantonés: una suculenta lubina cocida entera al vapor, en salsa de frijol fermentado y chirlas); el Goma-ae (una ensalada de vegetales de temporada cocidos y su vinagreta japonesa); y los tailandeses Tod man pla (croquetas de pescado de la lonja, boniato y salsa de dulce de chiles) y Curry de tierra (unas albóndigas de vaca del pirineo, envueltas con una densa y melosa salsa de curry). De postre, y como continuación del homenaje, Laura me recomendó la Banana Lumpia, horneada y acompañada de un helado de leche y miel de caña canaria. Fue genial maridar esta experiencia con un vino ecológico del Montssant, y pasar la sobremesa probando la gran selección de cócktails de la que dispone Libertine, el animado lounge de Casa Bonay.

Sin lugar a dudas, te recomiendo que te adentres en esta aventura. Cuando vayas a Elephant, Crocodile, Monkey, descubrirás que es un lugar perfecto para dejarse mimar.

//fotos de Salva López