Hendrix

No te confundas, no es la marca del pepino y rosas, es un bar/restaurante al lado de Gràcia. Se han estrenado hará un año en una zona donde la competencia por atraer a los «comedores de medio día» es feroz. Locales de comida preparada que nacen como setas y restaurantes de menú cerrado se reparten el pastel de este nudo de oficinas. Pero los del Hendrix han sabido jugar su carta (la metafórica y la de comidas). Con sus características pizarras que sobresalen como lanzas atacan con un menú a menos de 10 euros. ¿La calidad? Nada que envidiar a sus vecinos de 12€. ¿La carta? En iPad. ¿El orador? Un argentino con gracia que sabe vender y se aprende tu nombre. ¿Decoración? Muebles vintage y baldosas ajedrez. Para mejorar lo presente: Diego, camarero y el-que-maneja-el-cotarro, me explica que la novedad del Hendrix son los días de burger. La verdad es que las comidas entre horas laborales no son mucho más que eso, comidas entre Excel y PowerPoint. Pero en el Hendrix, en cambio, se convierten en desconexión y buen rollo. ¡Y ya no te digo si las aderezas con un buen gin!, teniendo en cuenta el nombre…