Iki – Room Chef

Quizá conozcas el Iki, un restaurante de 425 metros cuadrados, catalán con acento japonés, ubicado entre las calles Aragón y París. Impulsado por los diseñadores Marta Romañá y Santi Sardà (Oli en un Llum, Sala B del Luz de Gas, Universal), el Iki cuenta con un equipo que es sinónimo de experiencia, algo que se refleja en todos los aspectos, desde la decoración hasta los platos. Pues bien, poniendo en relieve su inquietud natural, el equipo del Iki ha lanzado una nueva experiencia que merece la pena descubrir: Room Chef. Se trata de un espacio diseñado para acoger a un máximo de diez comensales que, alrededor de una mesa caliente y en compañía del chef, pueden disfrutar del espectáculo gastronómico. Los cocineros Javier Ahedo (Mugaritz y Minato -Japón-, entre otros) y Javier Álvarez (Speakeasy, Sandor, Casa Fernández) hacen, por turnos, las veces de anfitriones, y presentan el menú “Tierras de Mar”, especialmente pensado para la ocasión. Nosotros tuvimos el placer de probarlo, y más que un menú estamos ante una experiencia en toda regla. Porque la cosa no se limita a la plancha, como uno podría deducir: hay platos cocinados a la brasa, al vapor, ahumados… y todo con una elaboración que roza casi lo artístico. Un total de nueve platos, desde los entrantes hasta el postre, cada uno con sus técnicas de cocina y curiosidades particulares, hacen imposible aburrirse en la mesa. Pero el espectáculo no se queda en la preparación, claro, sino que continúa en el paladar. Y de qué manera: mención especial para la dorada al vapor de sake y limón (preparada en una bolsa especial, algo que merece la pena ver) y para la gamba roja en costra de sal y té verde. Aunque la corona se la lleva el atún rojo a la brasa, daikon y jugo cortado de asado. Procedente de las costas de Cádiz, este pescado es la joya indiscutible del restaurante. Y uno pensará que el precio de semejante menú en un reservado con el chef debe de costar una barbaridad, pero en realidad resulta no ser tan caro, pues cuesta sólo 55€, con cava y tres vinos (buenísimos, a todo esto) incluídos. Además, nos aseguran que se puede reservar desde dos personas sin que suba el precio. Estamos, pues, ante un lujo interesante que uno se puede dar sin acabar con dolor de bolsillo.