La Taquería

Es un experimento infalible: pregunta a cualquier mexicano que viva en Barcelona y te dirá que ya ha comido en La Taquería. Si no es así, o es un recién llegado, o es un gringo perdido con sombrero mexicano que se cree que esto es DF y no Barcelona. En un estrecho pasaje a pocos pasos de la Sagrada Familia, La Taquería es un local pequeño sin grandes pretensiones que nace por las puras ganas de un buen taco. Ellos cuentan que para un mexicano el mejor amigo del hambre es el taco, ¡y vaya si tienen razón! A nivel internacional, la gastronomía mexicana ha sufrido los males de la comida tex-mex en los falsos restaurantes mexicanos que han dejado en el anonimato una de las cocinas más ricas del mundo. Por suerte, aquí el cliente se teletransporta a los locales callejeros de México: ruidosos y con más colores que un guacamayo. Si buscas un local romántico con velitas no es tu sitio. Aquí se viene a «platicar» y a pasar un buen rato saboreando jugosos tacos con una buena michelada (cerveza, jugo de limón, sal y salsa picante). Como pecar cerca de la Sagrada Familia da menos reparo, he de confesar que probé todos los tacos de la carta: al pastor (el más famoso), gringa, arrachera, suadero, lengua de pollo y de Nopal asado, que es como degustar un trozo de cactus. Déjate aconsejar por los camareros. Yo fui un temerario y me quedó la boca como un trapo con una salsa picante que resucitaría al mismísimo Gaudí. Guarda un rinconcito para el postre con sus excelentes helados caseros (Nieves) y guayabas borrachas con mezcal (el licor del gusanito). Apúrate y reserva antes de ir que no cabemos todos. ¡Comerás chingón, compadre!