OMA Bistró

El OMA Bistro lleva la palabra brunch escrita en la frente: sofás, madera, buena música, una bici de piñón fijo y mesas largas para compartir. El local no podría ser más acogedor para un buen desayuno de domingo como Dios manda. De la carta, los huevos benedict con salmón tienen una pinta muy seria, pero el bocadillo de pastrami con coleslaw está para pedirlo con los ojos cerrados. Afortunadamente en el OMA siguen la corriente de mimar el café, y tienen una máquina Dalla Corte -el Bentley de las cafeteras-, y su propio blend preparado por El Magnífico. Casi nada. Entre semana hay un menú de mediodía muy arreglado, con producto de proximidad y de temporada, y alguna tapa para picar -oh, las croquetas de rabo de toro-. Para hacer bajar toda esta comida, en la barra hay 6 tiradores distintos de cerveza artesana. Y aunque solo llevan un par de semanas abiertos, se les ve con ganas y muy atentos, algo que siempre destaca en Barcelona. Vaya, que el OMA es toda una joya. Tú proponlo sin miedo a tus amigos bruncheros más exigentes. No fallarás.