Oriol Balaguer ha decidido aparcar los pasteles y sorprendernos con un bar de toda la vida en su nuevo Quatre Coses. Cuatro cosas, pero muy bien hechas resume la filosofía del nuevo local del Eixample en el que la cocina catalana se lleva el protagonismo de los platos. Recetas de siempre como unos callos, calamares con cebolla, un reconfortante fricandó que te transporta a tu infancia o una ensaladilla rusa sublime (spoiler alert a los amantes de las ensaladillas rusas: puede que sea de las mejores de la ciudad). Estos clásicos comparten carta con unas sorprendentes berenjenas con sutileza asiática que se deshacen en la boca, aunque pide que te canten los especiales del día, que como en toda buena casa de comidas, esconden perlas de producto a diario.
Tampoco olvides que estás comiendo en un restaurante de Oriol Balaguer, así que es obligatorio dejar hueco para uno de sus postres. Como es casi imposible que te equivoques, abalánzate sobre el mostrador de dulces, cierra los ojos y disfruta sin sentirte en culpa. Los dulces de Oriol Balaguer van directos al cielo. Acogedor, bonito y aunque con algunos detalles por pulir que no condicionan la experiencia (hasta los mitos necesitan rodaje), el Quatre Coses se colocará rápidamente en tu lista de restaurantes favoritos.
