Restaurant Xinès Nord

La comida picante hace que el cerebro libere endorfinas, responsables de la sensación de placer y bienestar. Y si una gastronomía es famosa por sus platos picantes, es la de la región china de Schezuan y su uso desmesurado de la guindilla. Con apenas cinco meses de vida, y un rastro casi nulo en internet (googlealo si no me crees), el restaurante Nord es sorprendentemente uno de los mejores representantes de esta cocina en la ciudad. El Nord cumple con muchos de los requisitos de un excelente restaurante chino: no hay señales de un menú de mediodía, el comedor está a reventar de clientela asiática, y el nivel de higiene puede resultar desafiante.

Tras asegurar a la camarera que mi umbral de tolerancia al picante es alto, se sentó en mi mesa para explicarme la carta. Nos pusimos de acuerdo con el entrante de ternera fría con chiles y (mucho) ajo. Luego seguimos con el pollo frito estilo Schezuan, un plato con un ratio 50% carne, 50% guindillas, y terminamos con las costillas de cerdo picantes. El aclamado bol de fideos con ternera (otra de las especialidades de la casa) los dejamos para la siguiente visita. A pesar de la fuerza del picante, se nota que la cocina del Nord trabaja a un nivel muy por encima del que estamos acostumbrados.

Un comedor iluminado con neones, comida extremadamente picante y cervezas Tsingtao muy frías hicieron de mi visita al Nord una experiencia euforizante. Sáltate los prejuicios y miedos al picante, y disfruta sin control de uno de los restaurantes asiáticos más auténticos de la temporada.