Rilke

Restaurante Rilke - Canelón de faisán

La estética del espacio y el referente literario pueden llevar a un equívoco inicial. También el hecho de asentarse sobre la herencia del antiguo Beltxenea, referente de la cocina vasca en la ciudad. Porque no: Rilke no es un restaurante que explore la gastronomía de Austria-Hungría o de Euskadi, ni siquiera se regocija en las elaboraciones más clásicas. Rilke es una reivindicación de la cocina catalana renovada en un ambiente refinado, tranquilo y, al mismo tiempo, informal.

Jaime Tejedor y Rafa Peña, chefs de Rilke, han creado una carta manejable, de precios ajustados dentro de la alta cocina y pensada para ir variando junto a los productos de temporada. La propuesta se divide en entrantes fríos, calientes, platos de pescado y platos de carne. En total, una veintena de elaboraciones con las que ir adentrándose en una gastronomía catalana moderna que busca potenciar al máximo el producto tradicional y su sabor.

En esta primera visita a Rilke, probamos un plato representativo de cada apartado. Eso sí, unas crujientes y cremosas croquetas de cocido sirvieron para abrir boca y quedarse ya atrapados hasta el postre. La caballa con berenjena y crème fraîche es un entrante frío sorprendente desde que ves su delicada presentación. Los finos cortes del pescado sólo están marcados, de manera que su sabor resulta puro e intenso; al combinarse con la berenjena ahumada y el toque fresco de la salsa, queda un plato equilibrado, en que cada parte complementa y suaviza los matices de las otras.

El canelón de faisán está a la altura de lo que promete un producto y una elaboración así. El sabor fino pero intenso del faisán se vé impulsado por la bechamel de pato, a lo que hay que sumar un juego de texturas entre la cremosidad y un toque crujiente sobre la pasta, que lo hace, además, un plato divertido. Continuamos con el arroz bomba con pescado de roca, en este caso, salmonete. Es un arroz que resulta fino y ligero, pero con gran presencia del pescado. Cada bocado de salmonete resulta una explosión de mar en el paladar, mientras que las setas dan un sabor terroso que aporta un contraste original al plato. Incluso si no eres un gran amante del pescado, este arroz te va a entusiasmar.

El pato asado con salsifí supone un estupendo colofón y resumen de la cocina de Rilke. El muslo y los solomillos del pato resultan de lo más jugosos, con un sabor potente que se contrasta con una salsa de carne de toques dulces y con el salsifí, una raíz que incorpora nuevos y sorprendentes matices al conjunto.

Rilke también cuenta con una carta de postres y vinos dulces para extender la sobremesa en los majestuosos salones del restaurante. Entre los postres más destacados, el flan de azafrán, naranja y almendra amarga o el babá al ron cremat, moscovado y lima; los dos introducen matices amargos y ácidos para contrarrestar el dulzor y así convertirse en un cierre fresco que convencerá a golosos y no golosos.

Rilke es una espacio señorial, sí, pero esconde sorpresas. No sólo por su propuesta gastronómica, sino por su zona de coctelería: podría ilustrar una escena de afterwork de Mad Men sin problema. Además, su carta de cócteles es plenamente actual y ha sido diseñada por Juan Serrano, que proviene del 41º de Albert Adrià y es uno de los maestros cocteleros de referencia en la ciudad. Junto a su segundo, Colo Linari, te ofrecerán un cierre inmejorable para una comida o una cena que se te va a quedar grabada.

Restaurante Rilke - Caballa con berenjenaRestaurante Rilke - Arroz de pescado de rocaRestaurante Rilke - Pato asado con salsifí

Restaurante Rilke - Flan de azafránRestaurante Rilke - Sala patio

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