Trasladar los agentes meteorológicos ambientales a la cocina, ese es el reto que durante todo el mes de septiembre se ha propuesto ejecutar el chef Xabier Bonilla. Primero fue el aire con el que se secaban los alimentos, el granizo… después, y resumiendo mucho el proceso, fue el fuego. Ésta es la manera de trabajar que ha tomado por referencia durante este mes, durante octubre será diferente. El chef vasco reúne así en un salón privado a sus comensales: se trata de un club gastronómico exclusivo en el que puedes encontrarte y cambiar impresiones con desconocidos, o si vas acompañado/a y quieres una mesa privada también dispones de esa opción. Recomendamos el Club Santa Rita (patrona de los imposibles), o lo que es lo mismo: la cocina de Xabier y sí, podemos decir que es exclusivo después de haber probado todos sus platos y haber muerto de placer con cada uno de ellos. Desde los entrantes (Trompetas de la muerte, setas negras secas al viento, agente meteorológico uno), pasando por el ajoblanco con trocitos de melón, bonito y granizado de tomate (agente meteorológico dos), o hasta el meloso de ternera con pimientos de padrón y nube de patata (agente meteorológico tres). Nos dejamos agentes y platos, por no cansar y por no haceros los dientes demasiado largos. Excepcional la manera de aprovechar también aquello que supuestamente no se come: las galletas de café hechas con el café restante de la cafetera. Es decir: cacao, galleta y el café sobrante que tú tirarías a la basura. Él no, hace magia. Y te la lleva a la mesa con un Tempranillo-Cabernet Sauvignon del desierto de las Bardenas Reales de de Navarra si pides tinto. Si quieres sentir la lluvia, el viento y el fuego: reserva ya. Poesía directa a la mesa.
