TAiTU

Da gusto viajar a través de la gastronomía y más cuando se hace en lugares como el restaurante etíope TAiTU. Nos recibe Emebet, dueña del local e implicada en cada uno de sus detalles para que nos transportemos a su Etiopía natal. Nos cuenta que llegó hace diez años y que desde hace uno hizo realidad su sueño de abrir el local, dando así a conocer las delicias de la gastronomía y cultura de su país. Mostrando al mundo que no hay nada mejor que saber compartir.

El trato de Emebet y el equipo es excelente. Nos explica curiosidades sobre el local, como los elementos que lo crean. Las mesas artesanales Mesob que han llegado a Barcelona desde los mercados de Addis Abeba. Mientras suenan ritmos Ethio-Jazz aprendemos que el nombre de su restaurante es el mismo que la famosa emperatriz Taitu Betul, fundadora de la capital. Apodo para cualquier mujer resuelta, así como nos ha demostrado que lo es ella misma.

La esencia de la comida etíope es compartir y tal y como lo vivimos, suele hacerse en una variedad de platos presentados en bandeja conjunta, denominados maberawi. Combinan sabores frescos y ligeros con otros más densos y especiados. TAiTU conserva toda la esencia de los platos originales, tal y como se comerían allí, pero han encontrado el toque justo para que no resulte picante al paladar barcelonés.

Otra curiosidad es que comimos con las manos, utilizando un pan llamado injera para recoger los ingredientes. Resultó bastante práctico y divertido. Incluso, para los más atrevidos, es una muestra de aprecio ofrecer un bocado a tu compañero. Lo llaman gursha. Y nosotros también apreciamos a nuestros compañeros.

Existe una gran variedad de combinados, de mayoría vegana. Preguntad por el Gonder, Harar, Hawasa o Mekele. En un mismo plato probamos para todos los gustos y en cantidades generosas. Nos encantó el Sega Wot, guiso rojo de ternera en tacos cocinado en confitura de cebolla y tomate, sazonado con Berbere y mekalesha, una mezcla de especias abisinia; y el Ayib, queso fresco al estilo etíope.

La cuestión es que compartimos un delicioso combinado repleto de sabores y en su punto. Pero sobre todo: compartieron con nosotros la bonita esencia de Etiopía.

¡Para repetir!