Si pensáis en la infancia, ¿qué tipo de sabor os viene a la cabeza? Exacto: el dulce. Helados, batidos, algodón de azúcar… ¿y una estética? Pues la circense, claro, con sus colores vivos, sus estampados a rayas y esas melodías alegres y pegadizas que invariablemente nos trasladan a la época más feliz de nuestra vida. Ahhh… dulce niñez. Quién la pillara de nuevo, ¿eh? Pues, aunque no es posible volver atrás, uno siempre puede darse un viaje en el tiempo pasándose por Topping Circus, un pequeño local abierto este verano en la calle Avinyó donde el helado es el rey. Inspirada en las heladerías cold stone, tan populares en Estados Unidos y Australia, esta propuesta trae a nuestra ciudad un nuevo concepto de helados, preparados con mimo sobre una piedra de mármol a -25 grados sobre la que preparar sabores únicos y personalizados. Y no exageramos: puedes crear un sabor único; al fin y al cabo, con 100 toppings distintos entre los que elegir, las combinaciones son casi infinitas. Elige un tamaño -de tarrina o cono-, una base y tus toppings preferidos entre una oferta tremenda, que va desde la fruta confitada hasta un montón de chocolatinas, caramelos y gominolas distintas… y disfruta del helado de tus sueños. Servidor se hizo con una tarrina de yogur helado con Conguitos y cerales Cheerios: tremenda. Pero eso no es todo, pues también ofrecen una interesante propuesta, la Ice Burger, un helado con brioche que, a simple vista, casi parece la típica hamburguesa americana. Solo que mucho más dulce, claro. Y también tienen batidos con un montón de sabores e incluso algodón de azúcar (los hipsters que pasean por la zona se pirran por ellos). Se nota, además, que la idea tiene estilo: al fin y al cabo viene de los propietarios de bares tan míticos como el Manchester, el Bollocks y el Nevermind. Qué, ¿te apetece descubrir tu helado perfecto? Entonces ha llegado el momento de volver al circo.
