Ah, el viejo Let’s Festival. Un festival con solera, personalidad, carisma. El Let’s es como ese colega de extrarradio en sus treintaytantos al que siempre te alegras mogollón de ver porque, joder, te cuenta las mejores anécdotas, te recomienda bandas raras y tiene el contacto de los mejores dealers. Ese colega, el Let’s, te asegura siempre una noche diferente, auténtica y 100% libre de postureo. Además, sabe de dónde es y está orgulloso: ¡a la mierda la dj sueca de turno! ¡quién quiere traer a cuatro pálidos británicos haciendo ruido! Al Let’s sólo le interesa lo que le cae cerca. Bandas del país. Bandas como las que nos propone este viernes en su siempre fiel Salamandra. La primera, en la frente: Triángulo de Amor Bizarro, uno de esos grupos que no tienen nada —pero nada— que envidiar a nadie —pero nadie— en su género (vamos a dejarlo en shoegaze, no nos metamos en disquisiciones-que-no-llevan-a-parte-alguna, como dijo aquél). Su último álbum, “Salve Discordia”, ha vuelto locos a los incondicionales de la banda gallega y ha conseguido, además, captar incontables nuevos fans, tarea difícil para un cuarto disco. Pero es que, amigos: qué cuarto disco. Envuelto por un halo de misticismo turbio, un poco en plan “satánico pero en coña”, “Salve Discordia” posee una esencia propia potentísima, al margen de la que ya tiene la banda por sí misma, y contiene además algunos de los mejores temas de su historia, como la balada —siempre hay una balada— “Seguidores” o el single “Baila Sumeria”, uno de los temas más bailables que los gallegos han perpetrado hasta el momento.
¡Pero ya basta de los bizarros! Estarán pensando algunos. ¿Quién más toca? Pues nada menos que Odio París. ¿Os acordáis de Odio París? Joder, Odio París. Aquella banda que apareció como una seta —no en vano los trajo Mushroom Pillow (*humor*)— en 2011, con un discazo de debut que disparó todas las alarmas mesiánicas del pop nacional, para después desaparecer durante demasiado tiempo. ¿Sí? ¿Os suena? Pues bien. Odio París ha vuelto con un nuevo disco, “Cenizas y Flores”. Y no os voy a mentir, no lo he escuchado demasiado aún, pero parece que conservan ese sonido fresco y envolvente que tanto lo petó al principio. Así que ni tan mal.
¿Y para redondear semejante equipo, qué? Pues Vietnam, una banda de thc/punk (?), de Barsalona, de la que sólo puedo decir dos cosas: (1) hacen mucho ruido y (2) tienen un tema dedicado a “Diane Keaton”. No sé a vosotros, pero a mí me basta. ¿Vamos?
